Obesidad Infantil
Universidad Nacional Autónoma de México
Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia
Tutor: Julia Patricia Sánchez
Alumnos:
Katia García Guraieb.
Gabriela Vázquez Chiñas.
Cindy Aracely Gorosabe Ruvalcaba.
Martha Cruz Bolaños.
Cynthia Jessica Morales Romero.
Actividad: 7 Blog en equipo “Obesidad Infantil”
Modulo: 0105 Psicología en el campo de la salud
Grupo: 9173
Fecha de entrega:12 noviembre 2019
Periodo: 2020-1
INTRODUCCIÓN:
Aumento de peso y obesidad infantil.
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves en la actualidad.
Esta problemática ha incrementado a nivel mundial y está afectando progresivamente a muchos países en vías de desarrollo, sobre todo a nivel urbano donde el estilo de vida es cada vez más acelerado, ya que uno o más miembros de la familia tienen que salir a trabajar, esto hace que cada vez consumamos más productos procesados de rápida elaboración con alto contenido calórico aunado a la reducción de actividades al aire libre o deportivas, lo que hace que los niños pasen más tiempo frente al televisor o videojuegos sin tener mayor desgaste energético alterando las horas promedio de sueño lo que en general se convierte en malos hábitos, lo cual está influyendo en que niños y adultos sean cada vez más propensos a sufrir sobre peso y obesidad.
Lamentablemente los niños que se encuentran por encima del peso normal para
su edad y estatura, trayendo como consecuencia problemas que anteriormente se
consideraban exclusivos de la edad adulta como son diabetes, presión arterial y
colesterol elevado, problemas musculo esqueléticos etc., También hay que tomar
en cuenta el daño que esto trae para su
autoestima ya que en diversas ocasiones estos niños sufren de baja autoestima acoso escolar y depresión por la gran estigmatización
que conlleva dicha problemática. En general esta prevalencia ha ido en
aumento a un ritmo acelerado trayendo como consecuencia obesidad en la adultez,
especialmente si uno o ambos padres son obesos.
Se calcula que, en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos.
El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades que se deribadan son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.
DEFINICIÓN:
Podemos definir la obesidad como una acumulación excesiva de
grasa, es un diagnóstico comprometido en la infancia y en la adolescencia.
Clásicamente, se ha definido como un incremento del 20% del peso ideal con respecto
a la estatura para la edad y el sexo del paciente.
El sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes se
define de acuerdo con los patrones de crecimiento de la OMS para niños y
adolescentes en edad escolar (sobrepeso = el IMC para la edad y el sexo con más
de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones
de crecimiento infantil de la OMS, y obesidad = el IMC para la edad y el sexo
con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los
patrones de crecimiento infantil de la OMS).
Según Saldaña (1998) la
obesidad infantil se origina principalmente por un balance positivo entre la
ingesta calórica y el consumo energético, es decir, debido a que es mayor la
ingesta calórica que su consumo se produce acumulación de excedente calórico.
ETIOLOGÍA:
ETIOLOGÍA:
Los
problemas relacionados con el estilo de vida (como hacer muy poca actividad y
consumir alimentos y bebidas ricos en calorías) son los principales causantes
de la obesidad infantil. Sin embargo, algunos factores genéticos y hormonales
también podrían tener un papel importante. Por ejemplo, en investigaciones
recientes, se ha descubierto que los cambios en las hormonas digestivas pueden
afectar las señales que te hacen sentir que estás satisfecho.
Factores de riesgo
Existen muchos
factores, que generalmente funcionan en conjuno incrementando el riesgo de que los
niños padezcan sobrepeso u obesidad entre ellos mencionaremos los siguientes:
Dieta.
Los
niños que ingieren alimentos con alto contenido calórico, como comidas rápidas,
productos fritos o congelados además de bocadillos empaquetados,lo cual puede aumentar su peso. Los dulces y los postres también pueden causar aumento de peso, y cada
vez hay más evidencia que apunta a las bebidas azucaradas, inclusive los jugos
de fruta, como culpables de la obesidad en algunas personas.
Falta de ejercicio.
Los
niños que no hacen mucho ejercicio tienen más probabilidades de aumentar de
peso ya que no queman muchas calorías, otro factor que contribuye al problema es pasar
demasiado tiempo dedicado a actividades sedentarias, como mirar televisión o
jugar videojuegos.
Factores hereditarios o genéticos.
Los
factores genéticos pueden desempeñar un papel importante en el peso de un niño.
Nuestros genes ayudan a determinar el tipo de cuerpo que tenemos y la forma en
que cada uno almacenamos y quemamos la grasa. Pero los genes solos no pueden
explicar la actual crisis de obesidad. Puesto que tanto los genes como los
hábitos se transmiten de una generación a la siguiente, es posible que varios
miembros de la misma familia tengan problemas de sobrepeso. Esto es
especialmente cierto en un entorno donde siempre hay alimentos disponibles que
son ricos en calorías y no se fomenta la actividad física.
Factores psicológicos.
La
obesidad infantil también tiene consecuencias negativas a nivel psicológico
dado, que la sociedad actual estigmatiza la obesidad, y mucho más en la
infancia y la adolescencia. Los niños con este problema, comúnmente son
víctimas de actitudes negativas por sus compañeros y de algunos los adultos
cercanos, pudiendo asimismo sufrir acoso escolar.
Esta
circunstancia repercute a su vez en el estado emocional del niño con sobrepeso
y a menudo, dichas situaciones de rechazo conllevan un aumento en la ingesta de
alimentos, como medida compensatoria para manejar el estrés producido por ellas. Esto da lugar problemas de adaptación social, baja autoestima, aislamiento, depresión o
ansiedad, entre otros. Por este motivo es importante prevenir la obesidad
infantil tanto por sus consecuencias físicas como por las psicológicas.
Factores socioeconómicos.
Las
personas de algunas comunidades tienen recursos limitados y acceso limitado a
los supermercados. Como resultado, es posible que compren comidas
semipreparadas que no se echen a perder rápidamente, como las comidas
congeladas, enlatadas, empaquetadas o galletas. Además, puede que las
personas que viven en vecindarios de bajos ingresos no tengan acceso a un lugar
seguro para hacer ejercicio.
Factores ambientales.
Es
de todos conocidos que se necesita, además de la predisposición genética, un
ambiente favorable para el desarrollo de la obesidad. En las sociedades actuales hay, por un lado, una disminución del gasto calórico diario, que
puede ser de hasta 500 kcal/día y se debe fundamentalmente al sedentarismo:
falta de actividad física y menos deporte con un aumento del tiempo libre
dedicado a ver la televisión, el ordenador, los videojuegos, etc. Además, está
el excesivo aporte alimentario que se inicia en la infancia y se continúa en la
adolescencia y en la que tienen decisiva importancia la comida rápida, adoptada
por muchos niños, y alejada dieta balanceada.
EPIDEMIOLOGIA.
Incluir una nutrición inadecuada durante el periodo
prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos
ricos en grasas y calorías y pobres en nutrientes, así como de una falta de
actividad física a medida que el niño va creciendo y hasta llegar a la edad adulta
pueden favorecer la aparición la aparición de diversas
patologías entre ellas: afectaciones respiratorias, una baja producción de la
hormona del crecimiento, intolerancia a los carbohidratos, hipertensión
arterial, diabetes mellitus e hipercolesterolemia, con lo consiguiente aumento
de riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas músculo-esqueléticos en extremidades inferiores y de columna, problemas relacionados con el sueño, todo esto a nivel fisiológico aun
que también es importante tomar en cuenta todas las afectaciones que tiene a
nivel psicológico ya que los problemas psicosociales pueden ser desencadenados
gracias al sobrepeso pues que tienden a ser discriminados gracias a estigmas
sociales, causando una baja autoestima, depresión ansiedad y en algunos casos
compulsiones.
Se acepta que la prevención es la opción más viable
para poner freno a la epidemia de obesidad infantil, dado que las prácticas
terapéuticas actuales se destinan en gran medida a controlar el problema, más
que a la curación. El objetivo de la lucha contra la epidemia de obesidad
infantil consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo
de toda la vida.
CLASIFICACIÓN.
Aunque
en la infancia no está validada la clasificación de la obesidad según el IMC,
con fines descriptivos y según la OMS hablaremos de obesidad de grado I o
sobrepeso cuando el IMC está entre 25 y 30, obesidad de grado II cuando se
sitúa entre 30 y 40 y obesidad de grado III o mórbida cuando éste es superior a
40.
Sin
embargo, se han establecido clasificaciones etiológicas según los datos
obtenidos en la anamnesis y por la clínica. Hay que precisar que la obesidad
simple o exógena representa un 95% de la obesidad en la infancia y en la
adolescencia.
ESTRATEGIAS
Métodos
para evaluación y diagnóstico de obesidad infantil.
Programas de prevención.
Como medidas preventivas, es importante fomentar la lactancia materna, retrasar la introducción de alimentos no lácteos en la dieta del lactante, promover campañas de educación sanitaria con información dietética en la infancia y promover la actividad física.
La prevención primaria es el arma más eficaz, y los programas de detección e intervención temprana orientados a poblaciones de alto riesgo deben ser iniciados lo antes posible, ya que son más eficaces cuanto más precozmente se realicen.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS) ha implementado programas de prevención social como el nombrado “Prevenimss”, con el postulado “Chécate, mídete, muévete (CHKT)” en el que se realza importancia de realizar actividades físicas o deportivas, el control y medición de la circunferencia de cintura y los correctos hábitos alimenticios.
Este
programa va dirigido a toda la ciudadanía, a través de clínicas, centros de
salud e incluso una aplicación mediante el programa CHKT en línea, con la intención
de prevenir e informar y dar a conocer el IMC. Para poder combatir esta problemática
de gran nivel.
Para
mayor información se puede visitar la página http://checatemidetemuevete.gob.mx/.
Estrategias y programas de intervención psicológica.
Los
cambios de hábitos son imprescindibles para motivar al niño y a la familia en
la reducción del peso. Es fundamental tener en cuenta el entorno familiar del
niño, ya que frecuente observar una cierta permisividad y proteccionismo ante
los malos hábitos alimentarios y conductuales del niño obeso, pues lo mejor
seria un ambiente óptimo para el niño que padece obesidad, en el cual los
padres proporcionen alimentos sanos, y a su vez llamativos para que el niño los
consuma, instaurar
hábitos y preferencias alimentarias estables, incrementando el consumo frutas,
verduras y cereales y reduciendo el consumo de grasas y carbohidratos
concentrados.
También hay que tomar en cuenta que el papel del psicólogo es fundamental en estos casos. Además de tratar la obesidad infantil a nivel médico y nutricional, la valoración e intervención psicológica sobre el estado emocional del menor facilitará la resolución de este problema el cual deberá adaptarse específicamente a la problemática de cada individuo como son el grado de exceso de peso, presencia de condiciones físicas y emocionales mediante un tratamiento cognitivo conductual, intrapersonal y terapia dinámica, abordando la auto monitorización tanto en nivel de ingesta como la actividad física promoviendo la motivación que le permita cambiar dichos comportamiento según los diferentes enfoques teóricos, lo cual debe de ir aunado a un sistema de rehabilitación integral que deberá considerar a varios profesionales de la salud.
EN
LA TERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL SON IMPORTANTES LOS SIGUIENTES PROCEDIMIENTOS:
En un inicio el primer paso deberá ser una entrevista
dirigida a los padres donde se debe dar a conocer información personal y
familiar de la problemática como son los hábitos alimentarios mencionando
cuales son las preferencias de consumo y los patrones de actividad física, así
como la perspectiva de los padres ante la obesidad de sus hijos y conocer cuál
es la perspectiva psicología de los niños desde del enfoque de sus padres.
Por otra parte, se debe tener una entrevista con el
menor recopilando sus hábitos y estilos de consumo, también si sus padres
utilizan recompensas y castigos, si existen como son percibidos por el niño
para determinar si estos son contradictorios o no, otra situación importante será
conocer los patrones de actividad física y conocer como visualiza su imagen
corporal y cuál es su actitud ante la obesidad.
Se aplicarán los siguientes auto informes:
* Un cuestionario para evaluar el Locus of Control.
* Escala de Depresión infantil (CDI) de Kovacs (1983)
* Escala de Asertividad (CABS) de Michelson y Woods (1982).
* Escala de autoconcepto de Piers- Harris(1969).
* Cuestionario de refuerzos.
El niño debera contesta un informe de Locus de Control (LC). Locus de Control es un término usado en psicológia que se refiere a pa percepción que tiene una persona sobre las causas de aquello que pasa en su vida. Es la manera en que el individuo persive el origen de su propio comportamiento, si este es externo o interno.
* Suministro de refuerzos por logros parciales.
Para controlar las situaciones de alto riesgo y
favorecer el mantenimiento de los logros alcanzados se debe entrenar al niño en
la identificación de situaciones de riesgo que posibiliten el incumplimiento de
las recomendaciones y el abandono del programa para prevenir recaídas.
En el caso de los niños, los objetivos a alcanzar deben ser claros y comprensibles para ellos, alcanzables y fácilmente medibles, para reforzar la percepción subjetiva del éxito.
Se debe describir y ayudar a descubrir los mecanismos que se pueden emplear para lograr dichos cambios por ejemplo “cómo cambiar” por encima de los comportamientos susceptibles de ese cambio es decir “que es lo que se tiene qué cambiar”.
También es imprescindible hacer evaluaciones post intervención
para ir llevando un registro de los cambios físicos y conductuales que se han
alcanzado para poder motivar, cambiar o reforzar ciertas conductas adquiridas.
DIETA.
Es
muy difícil establecer una “dieta” en los niños y en los adolescentes por lo,
que hoy en día, es preferible hablar de "normas alimentarias", que es
un plan estructurado pero abierto encaminado a reducir el aporte energético, disminuir
el contenido calórico de los alimentos que se ingieren y corregir las anomalías
del patrón alimentario. Estas normas dietéticas deben ser variadas, adaptarse a
los hábitos familiares y a los gustos individuales. Hay que fomentar el consumo
de alimentos bajos en calorías, pero ricos en nutrientes, como las frutas y
verduras, y el de alimentos integrales que se comen más despacio y permiten una
mayor saciedad; evitar las grasas y los azúcares refinados y cocinar
preferentemente al horno, cocido o a la plancha o al vapor. Al mismo tiempo, esta
alimentación debe garantizar un aporte óptimo de calorías, proteínas, vitaminas
y minerales, necesarios para el crecimiento y desarrollo del niño. Los cuales
podemos encontrar en el plato del bien comer, el cual fue creado por la Secretaria
de Salud en 2006 como parte de la Norma Oficial Mexicana para combatir los
niveles altos de obesidad y sobrepeso, promoviendo una alimentación balanceada
determinda mediante una especie de semáforo la cual indica la cantidad que debemos ingerir
de cada grupo de alimentos y considerando cuales pueden ser la porciones adecuadas.
ACTIVIDAD FÍSICA
No
debemos olvidar que el ejercicio disminuye la lipogénesis, aumenta el consumo
energético y disminuye la masa grasa, siempre que vaya acompañado de normas
correctas alimentarias.
La actividad física o ejercicio debe ser de manera regular y, aunque puede ser suficiente con la actividad física en la escuela, es conveniente indicar otras actividades que puedan ser del gusto del niño. En los adolescentes hay que incorporar un deporte con relativa regularidad.
CONCLUSIÓN.
Sin duda alguna la obesidad infantil es un problema
complejo en el que todos debemos hacer cambios drásticos para evitarla,
comenzando por mejorar la dieta por alimentos menos procesados con un mayor
contenido nutricional.
También es necesario promover la actividad física y al aire libre, evitando malos hábitos como pasar tanto tiempo frente al televisor o video juegos, comidas chatarra etc.
Hay
que recordar que el tratamiento de la obesidad infantil suele ser una de las
situaciones más frustrantes en la práctica de la vida diaria ya que, para
tratarla, se necesita la colaboración del niño y del adulto y en muchas
ocasiones es difícil conseguirla. Sin embargo, antes de realizar una acción
terapéutica la cual debe ser multidisciplinar, es preferible la prevención
realizando programas de intervención temprana orientados a poblaciones de alto
riesgo los cuales deben ser iniciados en la primera etapa de la vida, por medio
de la lactancia también seria indispensable identificar a los sujetos de riesgo
a partir de una historia clínica detallada, pero más importante aún es que como
padres pongamos el ejemplo de cuáles deben ser los lineamientos para una vida más
sana proporcionando alimentos sanos de calidad, promoviendo el ejercicio y los
buenos hábitos ya que hay que recordar que es más fácil prevenir que corregir
daños físicos y psicológicos a causa de esta gran problemática que cada vez le
cuesta más al estado.
Referencias:
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de 2019. En:https://www.unicef.org/mexico/salud-y-nutrici%C3%B3n
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